Hace dos décadas, las letras que ya venía escribiendo encontraron en la guitarra su compañera y complemento. Siendo adolescente, Sofía Viola emprendió un camino sonoro que la lleva aún por distintas búsquedas, sin limitarse en ritmos, estilos o gustos. Esa investigación (no forzada, sino natural) devino en un nuevo disco en clave flamenca, “Alma gitana”, que presentará esta noche desde las 22 en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457) y así redefine su carrera.

Su tránsito por el arte comenzó incentivada por padres de los que heredó “la música, la comida y el humor”, le confiesa a LA GACETA. Incluso antes de cantar, a los 11 años apareció en la televisión en el programa “Medios locos”, haciendo de una supuesta hija de Juan Domingo Perón, pero la canción le ganó la pulseada y la llevó por América Latina, Estados Unidos y Europa, en banda o solista (como se presentará hoy), con respaldo de Gustavo Santaolalla.

- ¿Cómo se engarza este último disco con el resto de tu producción?

- Cada disco es único, plasma un momento de la vida, se conceptualiza desde las letras, el sonido y la estética. “Alma gitana” es distinto porque esta vez quise que suene más actual; es la primera vez que no busco un sonido retro, entraron las programaciones, el minimalismo y nuevos colores de mi voz.

-¿Tu recital abarcará además un recorrido por tus otras producciones?

- En estos conciertos hay viejas y nuevas canciones, porque mas allá del álbum que traigo ahora me gusta cantarles los clásicos y algunas canciones inéditas, lo vuelve más dinámico para mí y para el público.

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- ¿Por qué se demoró tanto tu regreso a la provincia?

- Llevo años sin tocar en Tucumán, es cierto. No hay un motivo para tardarse en regresar a las provincias, pero el mundo es enorme. Estuve tocando en muchos otros lados y países. Y no olvidemos que soy una artista independiente: las giras las gestionamos desde casa y ante la situación económica que atraviesa a la mayoría de las personas en este país, no deja de ser una jugada llegar a cada lugar y que estén dadas las condiciones, que la gente pueda pagar su entrada y que den los números para semejantes movimientos.

- Sos una viajera por distintos ritmos, ¿con cuál te sentís más cómoda?

- No hay un ritmo que me defina, siempre he sido muy inquieta al respecto. Varía según las influencias, según la música que esté escuchando. Me gusta cantar tango, bolero, salsa, cumbia, reguetón, bachata, flamenco, todo es bienvenido a mis oídos… la voz se divierte con cada desafío. Las músicas del mundo me fascinan desde siempre.

- ¿Qué te lleva a componer y cómo es elegir un estilo al hacerlo?

- En la vida van pasando cosas, voy aprendiendo nuevos estilos musicales, tengo distintas visiones de mi alrededor y la poética se nutre de todo lo que siento, lo que veo y lo que imagino. Paso semanas o meses escuchando una música y al final terminan saliendo nuevas canciones.

- ¿Cuán determinante fue tu casa al momento de volcarte a la canción?

- Cuando era niña me la pasaba escuchando la música que ponían mi madre y mi padre, era mi juego favorito cantar. Cuando tenía unos 14 años mi papá me sugirió que estudie un instrumento que me acompañe para componer canciones; a mí me gustaba escribir, entonces fue muy fácil volcarme a eso. Tomé unas pocas clases de guitarra y de ahí en más me dediqué a la composición.

- ¿Hay un lazo especial con el Chile maternal que se transmita en tus temas?

- Sí, durante unos años visité mucho ese país porque su música me encanta. A mis 17 años escuché a Violeta Parra y fue un pilar fundamental para dedicarme a este oficio, sus canciones me despertaron el interés por mis raíces y de ahí en más siempre estuve en sintonía con los cantores de allá. Tengo muchos amigos con los que he compartido música y me han enseñado muchísimo del folclore maravilloso que tienen.

- ¿Tus creaciones tienen una carga social y política?

- Por supuesto que sí pero no es el eje central de mis composiciones. La realidad está tan dura que en estos tiempos es difícil cantarle a estas cosas, porque basta con leer las noticias para que te arruinen el día o la vida. No quiero cargar de esa densidad mis canciones. La verdad es que vivimos en un mundo muy hostil donde gobiernan unos monstruos muy destructivos y lo que nos queda es el amor que podamos construir para refugiarnos de toda esa basura. El encuentro, los conciertos, ya son un acto de resistencia, ya que cada vez tenemos menos posibilidad de expresarnos y escasean los espacios donde hacerlo. Por eso elijo no llenar de lamentos mis canciones y tratar de liberar la angustia por un rato.

- ¿Qué hay de la Sofía Viola actriz?

- Mis conciertos tienen un poco de actuación, de adolescente estudié teatro y eso se nota en mi interpretación . No actúo en películas, ni series, ni en el teatro… tampoco estoy cerrada a hacerlo. La música es la patrona siempre.

- En un momento social crítico, en especial para la cultura nacional por los recortes y ajustes oficiales, ¿cómo es hacer una gira y mantenerse en la música?

- Una va encontrando la vuelta, por suerte tengo un público muy hermoso que le gusta asistir a los eventos y lo disfrutan tanto que vale el esfuerzo hacerlo. Calculando cada movimiento, analizando cada propuesta y generando lazos es posible llevar a cabo esta labor. Suelo tocar sola y eso vuelve redituable mi trabajo, hay un tejido que no se ve desde afuera, no soy yo sola en la producción.

“El arte se regenera”: un proyecto colectivo con el público

La cantante Sofía Viola reivindica un sentido colectivo de su construcción musical a partir de la consigna de que “la cultura la hacemos entre todxs”. “El arte se regenera, hace su camino más allá de toda adversidad. Sobrevive mi proyecto en estos tiempos difíciles porque conozco las crisis desde niña y sé que, tarde o temprano, va a salir el sol para todos. Mientras tanto, seguimos haciendo música en vivo, componiendo y trabajando en las giras, financiando todo desde los shows en vivo gracias al aporte de la gente”, agrega como anticipo de su visita a Tucumán esta noche.